El arteterapia es la mezcla entre distintas actividades artísticas que acompañan un proceso psicoterapéutico. Por un lado, afianza la naturaleza educativa del arte a veces ignorada, y por otro lado, abre la posibilidad de entender el arte separado de nociones de antaño que lo vinculan a élites, lo sagrado y la idea de que existen “formas correctas” de hacer y participar en el arte.
Sea a través de la danza, teatro, plásticas o música; conforme vamos creciendo pasamos de considerar nuestro dibujo digno de ser pegado en el refrigerador, a no bailar en fiestas por temor a no agarrar el ritmo de la cumbia. El principal obstáculo con nuestra propia creatividad y expresión somos nosotros y nosotras mismas, parte importante del arteterapia es encontrar nuestro propio ritmo y forma de movernos por las artes lejos de aprender las formas correctas. Lo que interesa en este tipo de prácticas interdisciplinarias es tomar el arte por su carácter sensible que nos conecta social y personalmente.
Una de las bisagras entre los procesos terapéuticos y las experiencias artísticas se encuentra en el juego, ahí es donde converge la magia del arte y la terapia donde el receptor encuentra y descubre quien es, donde cada invento, momento de duda y desconcierto nos habla de nuestros procesos mentales y sentimentales.
Es importante subrayar que si bien, el arteterapia nos ayuda a establecer relaciones significativas y reflexivas con el arte, esto no significa que cualquier interacción con objetos o acciones artísticas sea terapéutica, la comunicación entre los o las guías de las sesiones, así como los espacios y materiales de las distintas terapias las vuelven ambientes y actividades específicas; distintas de cualquier otra expresión artística. Fomentemos relacionarnos con el arte más allá de lo tradicional.
Salma Austria
Historiadora de Arte